2019: EL RETO DE LA GOBERNABILIDAD EN SINALOA



2019: EL RETO DE LA GOBERNABILIDAD EN SINALOA






La arena política da apertura a un nuevo año, con ello la esperanza de que a todos nos vaya mejor. 

Que en una sana división de poderes la clase política que hoy nos gobierna legisle, ejecute y judicialice lo necesario para garantizar paz y desarrollo en el Estado.

Esa es la premisa, la idea, el sueño, lo que todo ciudadano aspira pero que lamentablemente  a lo que hemos acontecido este inicio de año se aleja tristemente de la realidad.

El fenómeno que ha causado Andrés Manuel López Obrador y compañía, nos vaticina que este 2019 lejos de ser un periodo calmado por no haber proceso electoral serán días de confrontación de ideas. 

La gobernanza Legislativa en Sinaloa ha enfrentado la transición caracterizada por la presencia de un partido político hegemónico; a un Poder Legislativo de oposición al Ejecutivo, con cuentas pendientes y pugnas personales por resolver. Las nuevas riendas de la fracción parlamentaria que comanda el Palacio donde se expiden las leyes, tendrá que ser capaz de llevar un gobierno apegado a la legalidad y enfrentar el descontento y la presión social de sus gobernados. 

El Ejecutivo hoy sin un aliado en el Congreso del Estado, deberá de surfear las olas de cuestionamientos y señalamientos por parte del Legislativo, ser capaz de no fallarle al partido que le brindó la oportunidad de llegar al poder y  garantizar un estado de equilibrio en su ejercicio derivado de la solución de demandas sociales y la capacidad de atenderlas de forma eficaz, estable y legítima.  Una combinación nunca antes vista en Sinaloa.

Al poder judicial no le queda más que asumir la responsabilidad de garantizar seguridad y justicia, misma que por la característica de nuestro Estado nunca ha sido fácil. Disminuir la sobrecarga de demandas sociales por cuestiones de inseguridad y resolver las crisis de gestión administrativa que impiden actuar en función a las solicitudes enérgicas de quienes buscan solución. 

El papel que desempeñarán las autoridades tendrá que ser protagónico en este 2019, asumir su rol con miras a gobernar para todas y todos impidiendo a toda costa que los intereses de partido o personales intervengan en la toma de decisiones, pero sobre todo garantizar con sus acciones el apoyo político de la ciudadanía.

Los retos que nos impondrá la agenda nacional serán mayúsculos y por ello, una buena gobernabilidad deberá impedir que los problemas afuera de nuestro Estado se conviertan también en los problemas de Sinaloa.

El descrédito será un desafío importante, cada actor político e institución gubernamental tendrá que luchar por la credibilidad de sus acciones y la legitimidad de su gobierno.

Los partidos tendrán que emprender una agenda similar:

El PRI recuperar la confianza con el activo que tiene todavía en su militancia, no equivocándose, eligiendo siempre con concordancia a la realidad política que viven.

Morena determinando sus métodos ideológicos, inhibir las fricciones internas de grupo y avanzar en un solo bloque.

El PAN voltear al pasado y analizar que hicieron bien en sus momentos de gloria.

El PRD reivindicar su génesis de partido que siempre les ha caracterizado.

2019 será la prueba de fuego para quienes hoy tienen la oportunidad de ser autoridad dejar claro que la merecían, y quienes la perdieron aclamar con acciones que tienen derecho a otra coyuntura electoral que les permita una vez más asumir el
Poder.

Bien dicen que para gobernar a los demás, primero hay que aprender a gobernarse a uno mismo.

Nos vemos en la próxima

Twitter: @MiguelVicenteR 

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