La Juventud Priísta; en estos días.




Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica decía el Dr. Salvador Allende Gossens, pero ser joven y ser priísta es un acto heroico en estos días. 

Las juventudes del PRI, llevan años cargando una historia que no les tocó escribir, son herederos de la revolución y de las instituciones, de las causas nobles y vanguardistas que fundaron el Partido, son nietos de los grandes reformas que le dieron historia a México, pero también, son descendientes de Duarte, en su condición priísta también corre el ADN de muchos fracasos del PRI; de la corrupción, de la impunidad, del Fobaproa, Ayotzinapa, el error de diciembre, más los que le agreguen.

Son herederos de lo bueno y de lo malo que ha sido la institución en la que se encuentran, situación que tal vez no se ha comprendido como debería puesto que por un lado, escuchamos decirles que no quieren se les juzgue por lo que no hicieron, pero si quieren que se les reconozca por lo que tampoco hicieron.

Han estado tanto tiempo rodeados de viejos, que han aprendido sus malas practicas, siguen con la regla de no reconocer lo que se ha hecho mal de manera pública, de no aceptarlo como si los errores políticos fueran un tema que se cuece aparte, como si fuera ropa sucia que se lava en casa, no han aprendido que ya no existe la secrecía ni la privacía, que todo acto político es público y transparente y que esa información no se puede ocultar, la vida y obra de quien se dedica a la política, ya es de dominio público.

La educación y formación priísta hasta la fecha reprueba los cuestionamientos,  no permite que se le señale a quien hizo mal en su momento, el culto a la persona sigue vigente cuando incluso en la política esta tradición va cada vez más en decadencia.


Sin embargo, de sobra sabemos que dedicarse a la política no es un oficio fácil para nadie, menos para las y los jóvenes, mucho menos hacerlo desde una postura partidista - peor aún si esta postura es tricolor - pues deben asumir la responsabilidad de cargar con el señalamiento social, y tener la habilidad para que sus acciones hagan más eco que el lastre que arrastran.

De cara a la época de López Obrador como Presidente de México; la tarea que han de afrontar será titánica, heroica señalo.

Por años la ciudadanía brindó al Revolucionario Institucional la confianza, situación que originaba que las elecciones internas eran más fuertes que las externas ante el electorado, era más difícil ser el candidato del partido que ganar la elección, la máquina y estructura priísta por décadas garantizó el triunfo fuera quien fuera el candidato o candidata.


Fue aquí donde se enquistó el problema; la simulación. 

Ésta se convirtió en una actividad involuntaria para generar rentabilidad dentro del partido, para que les vieran en las fotos de las redes sociales, para que les vieran limpiando un parque como si les interesara la ecología, para que les etiquetaran como líder por tener capacidad por pagar camiones y llenar un evento, para que les voltearan a ver los jefes en turno para aspirar a alcanzar una candidatura. 

Si, la juventud priísta llegó a ese punto, llego el momento en que la práctica política juvenil era igual o peor  que la política rancia, practicaban las mismas formas; las formas del PRI tan ridículas como que les "citan a las 5 para comenzar a las 6", ni para eso hay respeto por los demás, llegar tarde y hacer esperar a cientos de personas es aceptable e incuestionable si eres un "figura política". Normalizaron la irresponsabilidad.

Básicamente la juventud aprendió a "nadar de muertito" para mantener la vigencia, con eso bastaba; antes, ahora ya no, ahora se nada contra la corriente, ahora todo está en contra y fue precisamente porque la juventud no hizo nada para cambiarlo, ahora se nada en sentido contrario puesto que ya no son gobierno y para avanzar, el esfuerzo tendrá que ser mayúsculo.

También, desde hace años, la política juvenil del partido ha sido pobre, la propuesta de agenda se ha visto enmarcada en cumplir con lo necesario. La forma de hacer política de las y los jóvenes ha logrado con éxito que cada vez más, la juventud en las universidades y las plazas se aleje del Partido, que pierda el interés de acercarse y formar parte de la organización. Y esto no creo que sea cuestionable, basta con preguntar en redes o en cualquier parte que piensa la juventud del PRI.

Sin embargo no todo está perdido, mención especial merecen las mujeres  y con ellas las jóvenes priístas, en años recientes a la fecha, ellas lograron impulsar la paridad de género no solo en el estado, sino en el país. Lograron ser copartícipes de las reformas que atienden la alerta de género, realizan paneles con temas de trascendencia, invierten en capacitación y desarrollo político, han sabido crear una propuesta de agenda política con perspectiva de género que ha acercado a más mujeres, las ha empoderado, las ha hecho candidatas y las ha hecho ganar. De la nada; más mujeres son líderes, punta de lanza en el partido. Le han entrado al debate.


Justo hace unos meses escribí en mi blog personal que como nunca, el Gobernador Quirino Ordaz había dado oportunidad a las juventudes de ocupar espacios electorales, hablé incluso del #EfectoQuirino y como con esta visión buscaba empoderar a la juventud.

El desenlace lo conocemos; perdieron la elección. ¿Excusas sobre tsunamis? No, no hay excusas, si peleas por una oportunidad también peleas para hacerla valer. Así respondió la juventud priísta, Quirino hizo su parte, los jóvenes no. Salvo alguna excepción.

Por todo esto, los políticas y las políticas jóvenes que fueron beneficiados por la tragedia y ocupan un cargo, con responsabilidad deben asumir el rol que les toca, acallar a todo cuestionamiento y hacer eco para que sus acciones hablen más que sus condiciones.

También, quienes ocupen las dirigencias juveniles en estas renovaciones, tendrán que ser jóvenes que tengan por lo mínimo, capacidades y cualidades para garantizar una exitosa renovación, será importante contar con proyección de una política social, cooperativismo, con credenciales académicas, líder de opinión, con visión de la realidad política y la posición que el partido tiene, sin impulsos arrebiatados, prudente, con poder de convocatoria más que de movilización, quejarse; si plantear sus quejas pero de lo que han hecho mal, señalarse ellos mismos antes que al de enfrente, tener capacidad para la confrontación de ideas y aceptar que no se trata de cambiar de nombre en el puesto, sino de forma de hacer política.

El culto a la figura ha permeado para que las voces juveniles de descontento no sean escuchadas, se confundieron con las palabras respeto y crítica. Por supuesto que puede haber crítica respetando, no están peleadas unas con las otras.

Pero sobre todo, las juventudes ya deben entender la posición política del PRI en el país y asumir la responsabilidad de reconocer en que se equivocaron, que fue su propia irresponsabilidad que llevó el partido en el que se encuentran al sótano, - si, si eres priísta tú también eres el responsable por lo que sucedió el primero de julio - aceptar que algo estuvo mal, pero que hay capacidad para que pueda estar mejor, que el gobierno federal en turno está fuerte pero que en estos días; ahí está la Juventud Priísta para hacerle frente.

Twitter: @MiguelVicenteR

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