La nueva era de la Política en Sinaloa.






"El Congreso es tan extraño; un hombre se pone a hablar y no dice nada, nadie le escucha y después todo el mundo está en desacuerdo con él".
Así decía  Boris Marshalov

Tal parece que este genio presenció las sesiones de la 62 Legislatura en Sinaloa, ya que era un ir y venir de debates estériles, producto del hermetismo político que simbraba el recinto parlamentario. Desde entonces, ya se avizoraba lo que venía.

Una de las máximas del cambio, es que promete el paso de un estado a otro, que anticipa una transformación y que generalmente este cambio es para bien.

En el contexto político, hemos transitado por muchas elecciones donde los candidatos en turno, han prometido escenarios mejores a cambio de su voto, sin que este haya constituido generalmente en una renovación sustanciosa.

Y esta razón, tal vez fue la principal para que en la pasada elección nos hayamos enfrentado al resultado que ya todos conocemos, este hartazgo fue precisamente por la ausencia de cambio, porque las cosas para ojos y la percepción de muchos seguían de mal en peor. Por obvias razones para los mismos que hasta entonces habían gobernado ya no había lugar para la esperanza. Razón pues para que la gente en Sinaloa haya hecho valer su voto eligiendo un cambio radical, apostando por una promesa renovadora.

Como antecedente y para fines que esta columna merece, permítanme recordarles un fenómeno que sucedió en el 2013 en Culiacán derivado de una catástrofe natural; Sinaloa presencio una movilización ciudadana inexplicable. Al menos en los últimos años no había existido un dato que nos remote a una participación tal, que fueramos nota nacional. "Manuel", el nombre de la catástrofe dio apertura a este gran llamado social.


Este espectáculo ciudadano, fue la antesala para que desde entonces, Culiacán esté haciendo gala de la unidad que tenemos particularmente para temas sociales. Fue en esta fecha cuando comenzaron a emergir perfiles ciudadanos, hombres, mujeres y jóvenes que gracias a las redes sociales y su poder de convocatoria comenzaron a tener cada vez más influencia entre la sociedad también cada vez mas participativa.

Un año después sucedió algo que atendía un poco al contexto nacional, la solidaridad y la unidad social llego a la esfera política. Un sector que había sido intocable y blindado hasta entonces, donde el acceso a la información era nulo y la participación política de la sociedad se limitaba al voto. 

Era Pedro Kumamoto en Jalisco y Manuel Clouthier en Sinaloa, ciudadanos quienes en el 2015 dieron guerra política al oficialismo, tal vez ellos fueron la motivación para que surgiera también un año después ya en el 2016, una participación histórica de ciudadanos aspirando a una candidatura independiente, con un récord histórico  de 45 sinaloenses que estaban compitiendo contra figuras institucionales como el PRI o el PAN, con todo y lo que en ese entonces representaban.

Los analistas políticos, advertimos que los independientes no ganarían ni el 10%, pero lo esencial iba más allá, el dato fino irónicamente no se encontraba en el triunfo electoral, el 2016 en Sinaloa fue el proceso electoral donde la ciudadanía les estaba advirtiendo a los políticos tradicionales que un movimiento grande venia y que este les iba a reemplazar por completo.

La clase política al parecer no lo entendió, no lo asimiló, ganaron la elección perdiendo solo 2 espacios con Morena, les dieron poco crédito mofándose en el talón de aquiles de Merary y Baltazar: su inexperiencia. Sin embargo la forma no era lo que de verdad importaba, sino el fondo; estaban frente al nacimiento de la nueva era de la política en Sinaloa y no se estaban dando cuenta.

Dos años después, con una participación social mas notoria en la capital, el surgimiento de colectivos como Feministas Alteradas, Kybernus, cMAS y otros, con un Candidato Presidencial más fuerte y con más posibilidades de darle la vuelta al oficialismo llego la revancha para la ciudadanía. Divide y vencerás no fue una profesia cumplida, a pesar que se especuló como estrategia ya que esta vez, adicionales a los que desde el 2016 esperaban otra oportunidad, más ciudadanos surgieron para ocupar las boletas electorales.

2018 y Manuel Clouthier, Miguel Taniyama, Enrique Alfaro, Karla Montero, Carlos Leal, Juan Luis Gaxiola, Tiago Ventura y algunos más, encabezaban el movimiento ciudadano, unos de reciente participación y otros de nueva cuenta desde una candidatura ciudadana ó cobijados por partidos políticos dieron banderazo al segundo enfrentamiento entre sociedad y políticos tradicionales por la búsqueda por el poder.


El resultado; es que por primera vez el PRI pierde su mayoría en el Poder Legislativo y casi el 50 por ciento de las Alcaldías, aunado de la casi nada Presidencia de la República. Esta vez, las personas que han llegado no son políticos tradicionales, no son con los que podrán negociar para seguir alimentando el Status Quo, estas personas recién electas son ciudadanos que han llegado también con la ilusión de una transformación; para bien o para mal; solo el tiempo nos lo dirá.


El 2018 se convirtió para la crónica política de nuestro Estado; en nueva era, pero también este año dio la bienvenida a una nueva generación de políticos y con ello una nueva manera de hacer política.

Ojalá los partidos tradicionales lo entiendan, y los pocos que hoy quedan en espacios públicos rompan sus paradigmas de la vieja escuela y se atrevan a hacer las cosas como deben de ser, o al menos como lo está exigiendo la ciudadanía. 

Definitivamente la historia política de México no sería la misma sin el PRI, el PAN, el PRD y ahora morena. Nuestro sistema político y forma de gobierno les han permitido llegar al poder y dejar huella, está en las manos de sus dirigencias reformarse y continuar, o seguir perdiendo más espacios para quedarse en el olvido.

Tiempos traen tiempos, y el tiempo de hoy para la política en Sinaloa; es para los ciudadanos.


Twitter: @MiguelVicenteR

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