Democracia; el amigo incómodo de la Política





¿Cómo elegimos nuestros gobernantes? En México actualmente somos parte de un régimen democrático, donde la máxima es que las mayorías decidan. Para bien o para mal, se respeta cuando "son mayoría" quienes se inclinan por una cosa o por otra. Quienes pierden en alguna votación por ejemplo, no les queda más que reconocerlo y aceptarlo, consciente de que tu decisión o tu voto por muy bueno que parezca no es tan popular entre todos los demás. 


Sucede también cuando deciden en tu familia que película mirar, sucede cuando deciden en tu grupo de amigos a que restaurante ir a comer, sucede cuando se ponen de acuerdo para visitar un destino, y sucede en cada momento de la vida diaria al momento de elegir.


Para desgracia de los perdedores, este modelo también es usado para elegir a nuestros gobernantes, y lamentablemente, los patrones de votación con este modelo no son necesariamente los más técnicos, o los que prioricen el bien común. Más bien son patrones que oscilan entre elegir al más guapo, al más carismático, al más popular, a la estrella de fútbol, al o la sex simbol, al que tiene más likes, al que habla bonito, a quien promete un cambio, a quien compra el voto, pero nunca, nunca al que esté más preparado para la posición que se le está votando. ¿Curioso no?


Quienes se dedican al ejercicio electoral, han hecho de la democracia un reto mercadotécnico, una guerra emocional, la han visto como una subasta en el que da más, consigue más, también por muchos años se convirtió en el asesino a sueldo de algunos, hasta hace unos días.


Y los electores hemos culpado a la democracia desde que votamos, pero la realidad es que nosotros somos merecedores de nuestras desgracias, no somos tontos, no es que votemos y nos traicionen, es que no razonamos nuestro voto, es que no empleamos la herramienta democrática para elegir sabiamente. ¿O acaso en serio si creen que Sergio Mayer sabe algo de Cultura?


Sin embargo, aceptar el término "tenemos los gobernantes que nos merecemos" sería lastimoso para algunos,  porque muchas personas tal vez se sientan merecedoras de un gobernante mejor que un tal Andrés Manuel que se declaró Presidente Legitimo en el 2006, así como comparto que mucha gente no terminó de sentirse representado por Enrique Peña Nieto. Pero bueno, ese es el defecto de la democracia.


Aceptar que la mayoría decide y que puede decidir para mal de tus propios intereses; es vivir la Democracia, vivir la democracia también es aceptar que "gobierne el pueblo" y que esto tal vez resucite el antiguo adagio romano: "que gobierne la plebe" y "la plebe" como hemos visto estos días nos ha regalado batallas campales en los recintos legislativos, propuestas incongruentes, disertaciones ridículas, desconocimiento total de como gobernar. 


Sin embargo, todos estos males son necesarios para la construcción de una sociedad mejor representada, algunos han tenido que dejar su vida ordinaria para dedicarse al activismo y ascender el poder para hacer las cosas como el o ella considera deben ser, otros han bajado del poder por hacer las cosas como no debía. Y en este vaivén de personas con distintas ideologías y clases sociales se forja nuestro Estado.


La democracia, si no ha fallado al menos ha tenido defectos desde sus orígenes, y no recuerdo una sola elección donde no se haya intentado corromper, jamás hemos presenciado que en los triunfos electorales hayamos tenido a un sabio erigiéndose, con experiencia, capaz para el puesto producto del voto colectivo. Pero ¿qué otra solución existe para elegirlo? 


Esta herramienta seguirá siendo el amigo incómodo de la Política, sabes que lo necesitas pero también sabes que en cualquier momento te puede dar una sorpresa, como la dio en el 2000,o en el 2006, o ahora en el 2018.


Nadie asciende al poder sin ella, nadie puede renunciarle y nadie puede renegarle de los resultados. Por ello bien dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse.



Twitter: @miguelvicenter

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