Licencia para matar; #Elecciones2018




Han pasado 7 días exactamente del 1 de Julio, si fueran "un día como hoy" de facebook seguramente miraríamos -como seguimos viendo- Post y tuits devastadores sobre lo que dejó el proceso electoral del 2018. 


Ante esta catástrofe para algunos; y justicia divina para otros, surgen diversas lecturas de lo que motivó al electorado de tomar las urnas, algunas obvias como el "hartazgo" en el que la sociedad se decía se encontraba, otros hablarán de conspiraciones y de traiciones, algunos otros darán lectura a efectos de estrategia política, que AMLO llevaba años en campaña, que los del Frente o los de Todos por México no tenían carisma, eran malos candidatos, etcétera, etcétera.


Lo que si es seguro, es que cualquier lectura converge en el título de esta columna, cualquiera que haya sido la operación, es obvio que todos tuvieron en sus manos la licencia para hacerlo; "licencia para matar".


Licencia para matar, fue una obra cinematográfica a principio de los años 90s emanada de la saga de James Bond. En ella, el agente pierde su licencia para matar oficial; sin embargo -y aquí está lo interesante- de manera explicita más no figurativa, el oficial al mando le otorga la confianza, el poder, la libertad de matar, sin licencia tangible, pero con aval personal. 


¿Y que tiene que ver esto con este proceso electoral? verán; fue inédito lo que sucedió, esta elección se convirtió en una cacería donde además de dar en el blanco, el daño colateral que sufrieron algunos candidatos que si merecían un triunfo fue definitorio, dejándolos fuera por muchos votos de ocupar una curul en el congreso o la titularidad de la alcaldía. Así son las cacerías y guerras, muchos mueren o salen lesionados antes que los combatientes principales.


Ante esta hipótesis; si citamos los posibles escenarios: 

La licencia para matar fue otorgada a la ciudadanía ni más ni menos que por los malos gobiernos, por el mal manejo de las finanzas públicas, por los escándalos de corrupción y de complicidad entre poderes, por obras mal hechas, por nepotismo, por lo que ya sabemos. De manera tácita otorgaron a cada ciudadano el poder de salir a la urna a votar en contra, de asesinar el lastre político del que estaban harto, y lo hicieron con coraje, pero también con esperanza, con amor y gusto.

La licencia para matar también fue otorgada a los grupos de poder, pues la operación en las calles en el "Día D" fue superada por quienes presumen estructura, operadores experimentados, líderes de opinión, poder y dinero. Es muy claro que la operación de quien tuvo licencia para hacer; estuvo por encima de todo aquel que simuló, y "operó", así, entre comillas.


Licencia para matar también obtuvo la estructura, le llegaron al precio; un precio que alguien sí estuvo dispuesto a pagarlo, si antes habíamos visto que figuras políticas, senadores, diputados y hasta militantes se cambiaran de partido, hoy podemos afirmar que hasta la estructura interna operó en contra de su mismo partido, pero a favor de sus intereses. ¿Y esto está mal? pues legalmente no, nadie puede coartar tu derecho a participar en política, cualesquiera que sea tu interés, moralmente es otra historia.

Es claro que todos en la bolsa trasera de su pantalón portaban la acreditación, esa que te recuerda que tienes un arma letal que se llama voto. Y que por muchos años desde Manuel Ávila Camacho no se usaba, pues no se registraba tanto porcentaje de participación electoral en las urnas. Algo los motivo, les recordó, les hizo ponerse de pie y hacer uso de la liciencia que tienen y que el mismo gobierno les otorgó para sufragar a favor o en contra.

En este proceso electoral 2018 ganó la democracia; quienes  votaron, operaron, hicieron y dejaron de hacer estaban respaldados para matar con su voto ¿a quién? el desenlace ya lo sabemos.

La l
icencia para matar es la legitimidad del uso de la fuerza letal o de una estratégia de combate de un persona para con otra , controlada por alguien, por ordenes particulares, directas o de interés común y de participación colectiva. ¿Les suena?.

Sin embargo, siguiendo en la analogía de la Saga de James Bond, este ha sido una etapa que da continuidad  a nuevos enemigos, a nuevos héroes, a cobrar factura, a dejarse vencer o encontrar en la adversidad una oportunidad.

Como en las buenas películas de ficción; en la política nunca hay victorias permanentes ni victorias para siempre.

A partir de Octubre viviremos un nuevo ciclo en la vida política de el Estado de Sinaloa y del País, esta historia; apenas comienza.


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Al final de la Película, nadie sabe que James tenía la licencia para matar, todos le miraban como un rebelde y un enemigo pues se decía traicionaba a la corporación, sin embargo, el siempre operó bajo la indicación y operación de sus superiores, nadie es tan tonto como para echarse de enemigo al que está por encima de ti. Menos en política.


Para reflexionar.




Twitter: @MiguelVicenteR

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