Narcisismo Político




En la mente de un narcisista todo es él, todo gira alrededor de su persona, su belleza, su fama, sus redes sociales, su éxito.

En el mundo; existen niveles de trastorno narcisista, pero en esta ocasión solo hablaremos del NARCISISMO POLÍTICO, un innombrable enemigo con el que conviven muchas y muchos políticos, que infelizmente afecta no solo a ellos; sino con quienes conviven día a día.

Desgraciadamente; la clase política promedio tienen una dosis de narcisismo mucho superior al de la gente promedio. De ahí, su necesidad justificada de proyectar una imagen a veces alejada a la realidad y de las fortunas gastadas en publicidad; misma que no nos acerca ni poquito a la verdad de la persona, sino que más bien nos induce a una decisión electoral que nada tiene que ver con ejes o propuestas concretas de políticas públicas, más bien sirve para alimentar con una dosis de adrenalina narcisista al político o candidato proyectado en los grandiosos espectaculares, de ahí la reflexión si la publicidad comunica para el electorado, o con verse agradable para el candidato o político es suficiente. 

Cabe aclarar que para fines electorales es efectivo, pero esto solo hace crecer la brecha de desigualdad pues forzamos un voto que tarde o temprano saldrá  a la luz del descontento, a la larga esto es ni más ni menos el responsable de la irritación social que todos conocemos.

El Narcisismo político no es cuestión menor, ni puede ser reducida a solo indignarse por el gasto sin sentido del candidato o político, a minimizarlo con la coloquial frase "se le subió"  o resumirlo a dejarlo morir en su admiración personal.

Ojalá fuera, solamente, una cuestión de dinero. Ojalá fuera una cuestión de simple prodigalidad a costa de malas decisiones unipersonales cual si fuera omnipotente. Ojalá tuviera, única y exclusivamente como consecuencia negativa la producción de toneladas de basura al final de cada campaña electoral. Pero no, es mucho más grave.

Es un comportamiento de una crueldad inaudita para con los sectores poblacionales que no tienen nada. Es una actitud reprobable y autoritaria para con sus trabajadores y personas que conviven del día a día, es un revanchismo político ridículo y síndrome de superioridad para con los demás, es una lucha innecesaria de poder, es un ideario que solo existe en la imaginación donde quien lo sueña piensa que es perfecto.

Sin embargo, el narcisismo de los políticos siempre existió. No es nuevo, deviene desde el César y los Reyes que suponían tenían sangre azul. Lo que si es nuevo es la virulencia de su irrupción en nuestras calles con photoshop excesivo, que deja irreconocible a la persona cuando te da la oportunidad todavía, de verte de frente. Así como también la excesiva campaña pagada de su imagen en nuestras pantallas y redes sociales actualmente revigorado por la industria de la imagen, donde el marketing político recoge su “justificación” en su capacidad letal de alimentar el monstruo de la vanidad del candidato(a) a quien promete transformar en un líder victorioso de batallas de Photoshop y de guerrilla de eslóganes.


El Narcisismo Político es un peligro latente, pues eventualmente se convierte en costumbre de decir mentiras para justificar promesas incumplidas antes que desprestigiar su imagen, de ocurrencias irrealizables, que sustituye , hoy por hoy, las inexistentes ideas políticas, la falta de liderazgo y la inapetencia por las soluciones de los problemas sociales.

Regresar a la política como arte del diálogo tendría que ser la premisa, la de los consensos que permiten crecer y como instrumento de canalización de las tendencias sociales y de apertura a las vías de transición pacífica del poder, al final un narcisista político tarde o temprano descubrirá que no era oro el que brillaba en su andar, peor aún si no lo acepta pues resultaría altamente tóxico para la democracia, el típico que se siente en la condición de merecer ser, ¿quién le dijo que podía?

Ahora ¿como saber si eres, o convives con un narcisista político? es fácil detectarlo, si;


- Tiene un desproporcionado sentido de su importancia.

- Está preocupado por fantasías exageradas de éxito, poder, belleza o amor imaginarios.

- Cree que es “especial” y que solo puede ser comprendido o solo puede relacionarse con       otras personas que son especiales o de alto estatus.

- Exige una admiración excesiva.

- Es muy pretencioso, irracionalmente espera tratos de favor o que se cumplan automáticamente sus expectativas.

- Explota a los demás en sus relaciones, por ejemplo, saca provecho de ellos para alcanzar sus propias metas.

- Carece de empatía: no reconoce o no se identifica con los sentimientos y necesidades de los demás.

- A menudo envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él.

- Presenta comportamientos y actitudes arrogantes y soberbios.


Según el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders estos son los síntomas de una persona con trastorno narcisista de cualquier tipo moderado.


Este diagnóstico señala que para lograr su objetivo, el narcisista político cuenta con una mayor resistencia emocional. Funciona con ausencia de escrúpulos y un alto grado de cinismo. Así, mientras que para el común de los mortales mentir públicamente provocaría sentimientos de culpabilidad, para el sociópata narcisista, esto no le hace la menor mella emocional, siendo capaz de mentir frente a miles de personas: “Soy inocente”: Alberto Fujimori, “Por ello, es que he determinado separarme del cargo, para hacer frente a estas acusaciones, a estas infamias, a estas calumnias.”: Javier Duarte, “Me retiro de la política si encuentran una prueba de lavado de dinero” Alejandro Toledo, "Estamos checándolo" Inserte su nombre favorito. 

Reconocer a tiempo esta sociopatía no es fácil, debido a que su misión se encubre bajo un pseudo altruismo y legalidad. Y, una vez descubierta la verdad, el daño es casi irreparable.


Recuerda que no se vive de la política, se vive para ella y si hemos pensado dedicarnos a este noble ejercicio: Hagamos las cosas correctamente.


“La falsedad vuela mientras que la verdad llega cojeando penosamente tras ella, de manera que cuando los hombres llegan a desengañarse es ya tarde.” El Arte de la Mentira Política


Nos vemos en la próxima.


Twitter: @MiguelVicenteR

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