Autoestima para dedicarte a la política.



Desde que comencé a escribir este blog, he recibido peticiones por así decirlo para escribir sobre algunos temas, unos me han parecido de poco interés como para compartirselos, pero hay algunos otros como el que me sugirió mi amigo Jonathan Arana por el que realmente vale la pena correr el lápiz, incluso hasta un libro se podría escribir contando las historias por las que pasan las personas que han transitado por esta situación.

Les hablo sobre la autoestima para hacer política partidista, la fuerza de voluntad que hace ponerse de pie a todos aquellos hombres, jóvenes y valientes mujeres que se levantan día a día para dedicarse a ésta noble profesión. Pero para hacer política de la buena, la que soluciona y da esperanza, no la que difama, miente y simula.

¿Qué es la autoestima? es una conducta, una actitud que han desarrollado aquellas personas que se encuentran confiadas en lo que tienen, en lo que saben que pueden hacer, o bien lo que creen que merecen; éste último precepto no lo tomemos mucho en cuenta, porque para efectos de la política partidista, es el último que importa, no se puede aspirar a merecer cuando la política le debe tanto la ciudadanía, o cuando no hay una regla para saber quien merece más que otros, todos desde su trinchera aportan algo igual o más valioso, depende de muchos factores.

Les decía que la autoestima es la actitud de las personas que tienen confianza en sí mismos, reconocen el esfuerzo personal que realizan día a día y saben que tienen valores y que estos los cumplen a cabalidad. Es aquí en éste punto cuando una persona adquiere ésta conducta y se enfrenta al mundo con seguridad, optimismo y dispuesto a lo que venga. En el ambiente político tener actitud posítiva y autoestima media es muy importante ya que aportan orgullo por lo realizado, unidad, lealtad hacia las personas, admiten realidades y superan adversidades, cuidan y reconocen a su líder y aspiran a ser como él o ella, pero sobre todo, son felices dedicándose a esta profesión.

Ahora ¿qué pasa cuando tú o tu equipo se sienten tan seguro de merecer y por alguna razón no consiguen lo que buscaban? como saben, en la política partidista las desiciones no obedecen a la meritocracia, razón por la cual esperar una recompensa, una candidatura, una posición de poder o de elección popular por el simple hecho de sentirte seguro y en condiciones de mercerlo es infantil, ridículo, no hay, no existe. Pero la autoestima te ayudará a superarlo, a enfrentarlo y entenderlo.

Por ello, si te dedicas a la política partidista de sobra lo conoces, que necesitas más de una circunstancia para obtener un logro profesional en ésta asignatura, y que además de esto aunque no te favorezcan las elecciones; necesitas actitud positiva, de unidad, un autoestima elevado para saber ¡que lo merecías! pero que por condiciones externas a tu persona no se dió: madurez política le dicen.

Tener madurez politica es tener autoestima, es saber que aunque no te tocó y alguien con menos posibilidades, preparación y esfuerzo que tú si logró obtener esa posición, tienes que sonreír, aceptarlo y volver a intentarlo. Al final tú elegiste dedicarte a esto y nadie te tiene obligado; quiero suponer.

Pero no todo es miel sobre hojuelas, y la autoestima no es la llave de la resistencia, tienes que tener cuidado pues exceso de ella provoca un sintoma del que hablé en mi columna pasada; el cruel virus del Narcisismo Político, ni más ni menos que creer que estás en posición de que todos te rindan tributo y respeto por tus logros en la política o sentirte superior a los demás, ¡cuidado! porque la caída desde esta posición es más dolorosa. Hace mucho que se rompío con el protocolo de la solemnidad, somos humanos conviviendo con humanos y tanto valen unos como otros, todos compartimos los mismos derechos y obligaciones. Desde la perspectiva que quieras, nadie es más que nadie.

Entonces podemos resumir lo siguiente, si te dedicas a la política partidista; sí necesitas autoestima para lograr ser Presidente de la Republica si así lo deseas, pero no en exceso para no quedar encantado en el espejo de narciso y al final, quedarte solo, triste y abandonado como diría el Divo de la Juárez.

Hay una frase que escucho siempre de mi amiga Cinthia Valenzuela que dice : "los tiempos de Dios son perfectos" y es real porque cuándo menos lo esperas llega, así que espera tu momento, trabaja con dedicación, con pasión, con valores, y sobre todo como diría Roberto Valle; "no se brilla apagando a otros", a éste renglón le agrego que "no se vive de la política, se vive para ella". Si partes de la premisa que la política es para servir y no para servirse y que la política partidista se trata de un equipo donde no siempre se van a tomar las mejores desiciones pero como equipo deben salir adelante tal vez disfrutes más esta etapa en tu vida.

Espera tu momento y prepárate, reconócete pero también autocritícate, ten estima hacia tu persona, ejercita tu mente para ser, pero también para no ser, ese momento antes o despúes llegará, ten por seguro que llegará.


Nos vemos en la próxima

Twitter: @MiguelVicenteR




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